August 1983:
Mi padre se va. No solo soy la hermana mayor, sino también la confidente de mi madre y responsable de mis hermanos. La infancia está acabada. Mi madre sufre. No puedo aguantarlo. No hay perdón. Para mí, mi padre está muerto. September 1983:
Estoy de camino a clase de religión con una amiga. Un hombre nos agarra e intenta besarnos. Puedo escaparme y pido ayuda. La Stasi me lleva a casa. Me asustan y me obligan a que no hable sobre este suceso con nadie, tampoco con mi amiga herida. July 1988:
Mi tío me manosea cuando estamos a solas en un cuarto. Soy fuerte, pero me muero de miedo de estar con él. Dejo de pintar, dejo de escribir y dejo de hablar. Pierdo la fe. Escalofríos y desmayos me acompañan. Escribo en letras enormes «Dios es estúpido» en una puerta de camino a la iglesia y espero el castigo divino. September 1993:
Mi casa se quema. Tengo que vivir con mi madre y mis hermanos en un cuarto del sótano de una familia de 7 personas. Pienso que vivo como la gente durante la guerra. Me convierto en una observadora. August 1994:
Voy con amigos a la discoteca. Estoy bailando. Ya quieren ir a casa. Decido quedarme allá. Sigo bailando mientras los demás mueren en el coche. Corto todas las amistades y voy a una escuela en Berlín. Nadie me conoce. Festejo mi identidad nueva con mucho alcohol. May 2002:
El amor de mi vida me deja. Estoy destrozada. Lucho con todas mis fuerzas. January 2007:
Cumplo los treinta y recibo una propuesta de matrimonio. No puedo comprender por qué me quiere. June 2007:
Nace mi hija. Es el segundo niño. Me parece como un regalo esperado del cielo. Estoy agradacida y contenta y feliz como nunca antes. El mundo se siente completo. Voy a protegerla. Vuelvo a creer en lo bueno y en Dios. May 2010:
Hago un viaje de Yoga con una amiga. Yoga por primera vez. Todas las tensiones me abandonan. No puedo dejar de llorar a moco tendido. Vuelvo a casa como si hubiera renacido. Yoga y yo vamos de la mano. May 2013:
Surfeo la primera ola y concibo lo que significa vivir y estar en el momento. Estoy exultante. No quiero estar sin el Atlántico. Escuchándolo y sumergiéndome me siento liberada. No hay pensamientos, no hay recuerdos y no hay mañana.