Febrero 2001:
Mi hermano pone un CD en el estéreo mientras vamos por la ruta. Escucho por primera vez a Britney Spears, es el principio del resto de mi vida. Marzo 2010:
En la secundaria decido empezar el año sola en un nuevo curso y conozco a personas con las que por fin me siento cómoda. Abril 2011:
Fallece mi profesor de literatura y me pongo triste por no haber podido hablar de «Rayuela» con él. Enero 2014:
Estoy acostada al sol con mis mejores amigas, siento el viento del mar, escucho una de mis canciones favoritas. Febrero 2015:
Me voy de Inglaterra hasta Gales y veo la nieve por primera vez. Tomo un té en la estación de tren y me doy cuenta de que estoy en un país en el que no conozco a nadie. Enero 2016:
Estoy en Bariloche subida a una montaña bastante alta y en plena oscuridad. Somos como diez personas sentadas muy cerca por el frío y mirando las estrellas. Febrero 2016:
Nace mi sobrino y me caen las lágrimas cuando lo veo detrás del vidrio. Me siguen mi mamá y mi papá. Junio 2016:
Es domingo. Estoy sentada viendo el atardecer sobre los lagos de Palermo. Anteayer murió la última de mis tres perras y no me importa llorar en público. Enero 2017:
Es invierno en Nueva York pero hoy el clima en el celular me avisa que hay 18 grados. Estoy en Coney Island, me saco los tres pares de medias que tengo puestos y voy hacia el océano. Soy tan feliz que corro por la playa vacía y no me importa un posible futuro resfrío. Febrero 2017:
Estoy sola en Miramar por primera vez después de haber ido toda la vida con mi familia. Paso una hora flotando en el mar al que siempre le tuve miedo.