December 1976:
Viajo en el piso del auto de mi familia rumbo al aeropuerto. Escondida, repaso los nuevos nombres de toda mi familia y las nuevas profesiones de mis padres. Si la policía o los militares nos detienen e interrogan, no puedo confundirme. April 1977:
Voy en el asiento de atrás del auto cantando canciones con mi papá que maneja. Percibo un cambio en su voz, pero sigue cantando. Lo veo sudar y mirar nervioso por el espejo retrovisor mientras intenta desaparecer de la vista del auto que nos persigue. December 1980:
Observo desde la ventana del departamento de mis abuelos, en San Pablo, hacia la plaza seca de la planta baja del condominio. Otros niños juegan y se hamacan. Los envidio pero sospecho que ellos también están encerrados. September 1983:
Espero el colectivo en la parada a la salida del colegio. Voy a viajar por primera vez sola, sin mi hermano. Un hombre apoyado contra la pared, a un par de metros, comienza a hablarme. Yo me pregunto con pudor cómo sabe lo que está pasando con mi cuerpo. Algo que no entiendo, pero conozco, me dice que tengo que correr. Llego a mi casa ignorando que sabía el camino a pie. October 1988:
Estamos en un hotel de mala muerte en Puerto Madryn, Chubut. Escucho gritos, me mareo, pero logro llegar a la habitación de mis amigas y abrir la puerta. Veo al hombre huyendo por la ventana y la habitación es un baño de sangre. Mis amigas me cuentan, esperando la ambulancia, que mientras las golpeaba les decía que a él le habían arruinado la vida en Malvinas y que él se las iba a arruinar a ellas. January 1990:
Cocino, lavo ropa, limpio la casa y percibo una presencia en mi vientre. Miro el paisaje paradisíaco por la ventana, los cerros nevados tan lejanos a mi hábitat. Me debato ante la bifurcación de caminos. August 1990:
Espero en la puerta del aula que comience la clase de antropología. Hablo con una chica que no conozco y está en la misma situación que yo. Inmediatamente encontramos coincidencias, somos parecidas y la confianza es profunda. La certeza es compartida: sabemos que acabamos de conocer a una hermana para el resto de nuestras vidas. April 2003:
Camino al jardín con mi hijo de dos años que se detiene deslumbrado ante cada piedrita del suelo de la plaza. Registro con horror mi resistencia. El apuro por los horarios de la escuela y de mi trabajo. La maravilla por las formas singulares y el disfrute del camino a cada instante compiten con los objetivos, los resultados y sus formas preestablecidas. Decido que no quiero vivir así. April 2004:
Otra vez la tragedia, la muerte accidental. Esta no parece verosímil de tan atroz. Sin embargo esta pérdida me salva de otra: no me permito perderme. Ante tanto dolor, la evaporación de mi proyecto familiar parece menor. March 2014:
Estoy en la cocina, haciendo la cena todavía entre cajas de la mudanza. Escucho sonidos que no puedo identificar hasta que, incrédula, entiendo que es mi hijo escuchando rock y cantando a los gritos en su nueva habitación. Percibo que la nueva casa inaugura una nueva etapa de vida para los dos.