Septiembre 1991:
Me acerco a mi mamá que está en la mesada cocinando. Le pregunto si soy linda y me contesta que sí. Le pregunto qué pasaría si fuera fea y ella me contesta que para ella igual sería linda. Abril 1992:
Estoy esperando a mi hermano seis años mayor con mi mamá a la salida del colegio. Cuando él se acerca, hago mi gracia de hermana menor: le pego una trompada en el estómago y me río. Por primera vez, en público, me la devuelve y me deja sin aire. Me sorprendo de cuánto duele, pero disimulo. No le veo más la gracia. Diciembre 1996:
Además de que he estado abriendo sus cajones y robándole dinero, mi mamá descubre a través de una vecina que me he saltado la reja de mi casa para escaparme y he vuelto a entrar. Me pide explicaciones y le digo que me deje pensar la respuesta. No le respondo ni me castiga, pero se hace la enojada. Julio 1998:
Estoy en la casa de Martina, mi mejor amiga del nuevo colegio. Es invierno, afuera llueve muchísimo y ya es de noche. Mientras miramos las estrellas que brillan en la oscuridad que tiene pegadas en la pared, en la radio suena «Vuelve» de Ricky Martin y ambas lloramos con fotos de los chicos que nos gustan y no nos dan bola en la mano. Nos fomentamos mutuamente el melodrama. Noviembre 2000:
Durante el viaje de egresados nos metemos en el río. Todo el año fui objeto de burlas de mis compañeros, mientras Martina era la más popular. Es la primera vez que me ven en bikini. Los escucho comentar que estoy buena. Me siento aprobada. Marzo 2002:
Me levanto a un chico 15 años mayor que al besarnos, me toca un poco demás. Me doy cuenta que mis amigas «Las Melli» y yo no somos tan maduras como pensamos, a pesar de escuchar música alternativa, vestirnos raras y hacernos las diferentes. Octubre 2005:
Estoy en un club y un amigo mío me toca el culo cuando pasa. Me doy vuelta y le doy una cachetada. Un chico que no conozco ve todo y le parezco una loca. Se presenta. Se llama Pablo. Charlamos toda la noche y nos enamoramos. Marzo 2006:
Mi mamá, cansada de pedir el divorcio, se va de casa un día de semana a la noche. Yo decido quedarme. Todavía recuperándome de la ruptura con Pablo, dejo de creer en el amor. Diciembre 2013:
Apruebo mi último examen en la Facultad de Diseño de Indumentaria luego de años de estudio agotador y de haber encontrado mi vocación. Me recibo, quiero estar contenta, pero la muerte de mi amigo Chris de un paro al corazón y la de mi prima Silvana, que me había criado, me lo impiden. Diciembre 2015:
Me doy cuenta de que mi vida en Buenos Aires es un callejón sin salida para mi crecimiento. Decido que necesito nuevas oportunidades, un nuevo aire, nueva gente. Elijo Berlin. Creo que será mi lugar en el mundo.