May 1985:
Es el día siguiente al entierro de mi madre. Algunos familiares nos vinieron a saludar y están en el comedor. Yo estoy solo en el living y me empiezo a angustiar porque el lunes tengo lección de Geografía y le tengo pánico a la profesora. Pienso: «¿Perdí a mi mamá y me estoy haciendo problema por una lección?» July 1992:
Es de tarde. Estamos en la cocina. Decido contarle a mi abuela de 80 años que soy homosexual y se me llenan los ojos de lágrimas. Ella intenta minimizarlo, diciendo que hoy en día es normal, que no tengo por qué llorar. «Cuidate de esa enfermedad y que nadie te quiera sacar plata», me recomienda. April 1993:
Acabo de pasar la noche con Cecilio, a quien he conocido horas antes. Me visto para volver a mi casa y él me pregunta con una mirada suplicante: «¿Te vas?». Yo vuelvo a casa, pero para buscar un bolso con ropa. May 1995:
Sábado a la noche en el sótano de una obra en construcción. Función de «Tito Andrónico» para unas 20 personas. Los personajes están en un sauna y cada vez que muere uno violentamente, se siente un baldazo de agua contra la pared, simbolizando el derramamiento de sangre. Yo quedo fascinado por la experiencia. March 2001:
Roma, iglesia de Santa Maria in Cosmedin. Luego de sacar la foto obligada a la «Bocca de la Veritá», entro al templo para una visita rápida. Saco algunas fotos y cuando me toco la cara me doy cuenta de que lágrimas ruedan por mis mejillas sin motivo aparente. March 2005:
Medianoche en Hong Kong. Recorro el mercado nocturno, que se extiende por una o dos cuadras. Me llaman la atención los aromas, los colores, las lenguas extrañas. Reflexiono que estoy prácticamente en las antípodas de donde vivo y me siento un Marco Polo moderno. December 2013:
Estoy en Múnich, en la casa de mi hermana. Antes de Navidad, llamo a casa para hablar con mi pareja. Siento que levantan el auricular, pero nadie responde. Impaciente, digo: «¡Cecilio!». Una voz desconocida me responde, y cuando repito el nombre, me cuelga. February 2014:
Living de mi casa. 11 de la noche. Cecilio me dice desafiante, sentado en el sofá: «Yo no me voy. Vas a tener que pagarme si no me querés más acá». Se pone de pie. Aprovecho para sujetarlo de la nuca, lo llevo a la puerta de entrada y le digo: «O terminamos 20 años de relación de manera civilizada o te arrojo a la calle. Ya tiraste demasiado de la soga». February 2016:
Apenas entra a casa, lo abrazo y me pide: «¡Decímelo!». «Te quiero», respondo. Hacemos el amor apasionadamente. Hablamos de su esposa y de sus hijos. Tomamos un café. Antes de irse, me mira desde la puerta y me dice: «Yo también te quiero». August 2017:
Estoy en la estación terminal de trenes de Retiro en la escalera mecánica que lleva al subterráneo. Lo veo de espaldas unos escalones más abajo. Lo saludo y me responde con una sonrisa. «Pensé que te habías olvidado de mí», me dice Eduardo. «Borré tu número de teléfono», le explico. «Y yo el tuyo», me contesta sin reproches. «No hay día en que no piense en vos», admito.